El Corpus Christi en
Castilla-La Mancha es una fiesta que cuenta con un importante arraigo y con
siglos de tradición. Pueblos y ciudades hacen un alto en el calendario para
celebrar esta singular fiesta que cuenta con muchas y variadas manifestaciones
en esta región. En las cinco provincias que la componen se celebra esta fiesta,
unas veces de manera similar y otras de manera diferente destacando ritos que
se pierden en la noche de los tiempos, manifestaciones artísticas de gran
plasticidad, autos sacramentales… De esta manera, y abriendo la lista, tenemos
el caso del Corpus de Toledo, reconocido en el mundo por su impresionante y
solemne cortejo procesional, seguido de otros muchos lugares que cumplen con
esta tradición. Las alfombras de Elche de la Sierra en Albacete, los altares
del Corpus de Lagartera, las danzas de Porzuna en Ciudad Real, los danzantes de
la Octava de Valverde de los Arroyos en Guadalajara… son entre muchas otras
manifestaciones, una muestra de la importancia de la fiesta del Corpus en la
región castellanomanchega.
Pero en esta ocasión me
detendré en una de ellas solamente, por su complejidad ritual, por su historia,
por su añeja tradición… Me refiero a los Pecados
y Danzantes de la localidad manchega de Camuñas, en la provincia de Toledo.
Se trata de una fiesta que este pueblo toledano viene celebrando durante siglos
sin conocer la fecha exacta de sus comienzos, y en la que se rinde tributo al
Santísimo Sacramento. Se trata de un auto sacramental que probablemente hunda
sus raíces allá por el siglo XV, momento en que este género teatral comienza a
ser reconocido y a proliferar con una finalidad catequética y doctrinal. Este
de Camuñas tiene como fin representar el Triunfo
de la Gracia sobre el Pecado, esto es, el triunfo del bien sobre el mal,
adoctrinando a los que lo presencien e invitándoles a alejarse del pecado para
alcanzar un estado pleno de gracia. Es la fiesta más grande que celebra
Camuñas, y que está por encima de cualquier otra celebración que contemple su
calendario festivo. Fe, devoción, respeto y amor por sus tradiciones, son las
palabras que mejor califican el sentir de todo un pueblo que se vuelca en los
que son sus días más grandes.
El Corpus de Camuñas es
uno de los mejores ejemplos de una tradición bien conservada, han sido muchos
los estudiosos y aficionados a las fiestas y tradiciones de nuestro país, los
que nos hemos acercado hasta esta localidad a presenciar su impresionante danza
ritual, el colorido de sus atuendos, lo enigmático de sus peculiares caretas,
el ritmo de sus instrumentos que bien puede asemejarse a sones tribales… En
líneas generales me acercaré a una descripción de esta fiesta y de los
personajes que en ella intervienen, pues detenerme en cada detalle de manera
minuciosa, me daría para escribir un libro como ya han hecho muchos conocedores
de esta fiesta, que han sacado a la luz importantes obras sobre la fiesta del
Corpus de Camuñas.
La fiesta, como pieza
teatral que es, consta de varios actos, de los cuáles me detendré en los
propios del día grande de la fiesta, en este caso el Jueves y el Domingo de
Corpus. En ella intervienen dos grupos de personajes jerarquizados y bien
diferenciados entre sí a través de sus funciones y atuendos: los Pecados y los
Danzantes.
Hablaremos primeramente
de los Danzantes, el grupo que
representa el Bien, y que está compuesto por la Gracia, las virtudes teologales
y las cardinales, y las almas que pasan por el filtro purificador de la Gracia
escapando de las fauces del pecado. Los máximos mandatarios de este grupo,
guiándose por la antigüedad en la pertenencia a la cofradía son: el Capitán que
representa a la Caridad, el Alcalde que representa a la Esperanza, y el Judío
Mayor que encarna a la Fe.
La Gracia, también conocida
con el nombre de Madama por su vistoso atuendo femenino, sería uno de los
personajes centrales de toda la representación, pues es el motor que mueve a
las almas (danzantes) a abandonar el pecado. Lleva una falda de tono ocre,
camisa, toca, medias y zapatillas blancas, mandil, y una prenda que recibe el
nombre de gavineta sobre la cabeza
unida a la tradicional careta de la que pende un pañuelo que cubre su espalda.
Porta unas castañuelas ricamente decoradas con madroños con las que marca el
ritmo incesante de la danza.
La Caridad viste pantalón
corto, chaqueta, medias y zapatillas, todo ello de color negro. A la cintura
lleva ceñida una faja roja, y sobre los hombros lleva valona de color blanco
aderezada con vistosos lazos que cuelgan sobre el pecho. Lleva también la gavineta y la careta con el pañuelo que
cubre la espalda, y por su condición de “Capitán” porta una larga vara
rematada con múltiples cintas y escarapelas de colores.
La Esperanza o “Alcalde”viste
chaqueta y pantalón corto negros, medias y zapatillas blancas y faja azul. Al
igual que los personajes anteriores, lleva careta, gavineta y pañuelo. Porta en una mano unas sonajas con las que
marca el ritmo acompañado del resto de los danzantes, y en la otra una vara.
La Fe o “Judío
Mayor” lleva pantalón blanco ornamentado en su parte inferior con
cintas cosidas haciendo formas geométricas, chaqueta, valona con cinta, y
zapatillas blancas. En el costado izquierdo porta un gran pañuelo blanco con
una escarapela central del que pende otro más pequeño de colores. Lleva también
gavineta, careta y pañuelo como lo
harán el resto de personajes que iremos viendo. En una mano lleva las ya
mencionadas sonajas y en la otra un pañuelo que agita en momentos puntuales de
la danza.
La Justicia, también
denominada “el del cordel”, se diferencia del resto de los danzantes por el
cordel que cruza sobre su pecho, del que recibe el nombre. Este elemento se
empleaba para mantener el orden entre el grupo, usándolo como instrumento de
castigo si algún miembro incumplía las normas.
La Prudencia o “tras de
guía”, recibe su nombre porque sigue al miembro que inicia la danza
tras la Madama, y que es “el del cordel”.
La Fortaleza, más conocido
como “el de la Porra”, recibe su nombre de uno de los instrumentos
que componen el son de la danza. La porra se compone de dos partes que al ser
golpeadas entre sí emiten un característico sonido que junto al tambor, las
castañuelas y las sonajas va marcando el ritmo de la danza.
La Templanza o “el
del tambor” es pieza fundamental en la representación, pues va marcando
el ritmo central de la danza. Es el único personaje que no danza, a diferencia
del resto de los componentes del auto sacramental.
El resto de los
danzantes representan a las almas que van quedando purificadas
por la Gracia o Madama. Todos portan las peculiares sonajas con las que van
marcando el ritmo de la danza.
Por otro lado está el
grupo de los Pecados, la otra parte
fundamental de la representación, e igualmente jerarquizada. Estos encarnan el
mal, el pecado, y son varios personajes: Demonio, Carne y Mundo, los siete
Pecados Capitales, y otro grupo de personajes que representan el mal. Lo mismo
que hemos visto en el grupo de danzantes se repite en este otro, es decir, hay
tres componentes que marcan su autoridad por encima del resto: la “Pecadilla”
representa la Carne, el “Pecado Mayor” representa al Demonio, y “El de la
Correa” que representa al Mundo.
La Carne, también llamada “Pecadilla”,
viste pantalón blanco decorado con cintas cosidas y cascabeles, medias y
zapatillas blancas. Lleva chaqueta de color negro, la gavineta y sobre esta la careta, la valona con el lazo sobre el
pecho, y un pañuelo que le cae sobre la espalda decorado con la Cruz de Malta.
Porta una vara decorada en su extremo superior con cintas de colores y
cascabeles, símbolo de la llamada a los placeres mundanos para atraer a las
almas.
El Demonio o “Pecado
Mayor” viste atuendo negro con valona blanca y lazo de color morado,
faja de color morado de la que penden a ambos lados sendos madroños de lana.
Porta como el resto, gavineta y
careta, siendo esta última especial y diferente a las demás, pues se trata de
una cabeza de cerdo que hace alusión a la más absoluta ponzoña, al pecado más
inmundo. De la careta pende otra prenda singular de estos atuendos y que recibe
el nombre de serenero, que cae hasta
las corvas y va decorada en este caso con las Cruces de Malta. Porta además la
vara, que está compuesta por garfios metálicos, y decorada con cintas de
colores, y que hace alusión al tridente del demonio.
El Mundo o “El de
la correa”, viene a desempeñar la misma función que “el del cordel” del
grupo de Danzantes. Recibe su nombre de la correa que porta y con la que en
otro tiempo aplicaba disciplina a los miembros del grupo que se saltaban las
reglas. El atuendo viene a ser el mismo que el del Pecado Mayor,
diferenciándose en la careta que en este caso es roja y lleva cuernos. El serenero es de color rojo y lleva las
Cruces de Malta mencionadas anteriormente.
El resto de los
componentes de los Pecados harían referencia a los siete pecados capitales y otros
vicios mundanos, y llevan un atuendo similar al que lleva “el de la
correa”. La diferencia es que los sereneros que estos portan son totalmente
diferentes entre sí, escogiendo cada uno el motivo que desee a la hora de
decorarlo, siendo generalmente motivos religiosos y relacionados con la
Eucaristía. Se trata de una prenda que aporta gran vistosidad y colorido a la
representación, y que junto a las caretas, podríamos decir que son el máximo
distintivo de los Pecados.
También forman parte
del grupo de pecados una serie de personas que portan escopetas con las que disparan en los momentos en que los Pecados
entran en escena.
El desarrollo de la
representación queda dividido en varias partes bien diferenciadas y que en la
actualidad se reparten entre la víspera del Corpus, el Jueves de Corpus y el
Domingo de Corpus o de Infra-Octava. El miércoles por la tarde ambos grupos
entran en escena, siendo los Danzantes los que van en busca de los Pecados para
más tarde recoger a las autoridades y asistir a Vísperas, donde tiene lugar uno
de los actos centrales del auto sacramental, y que se conoce con el nombre de “Tejer
el Cordón”. El grupo de Danzantes accede a la iglesia para representar
la purificación de las almas de la mano de la Gracia que acompañada del resto
de personajes principales que representan a las virtudes teologales y
cardinales, van evolucionando con sus danzas en el pasillo central de la
iglesia. Se llama a este acto “tejer el Cordón” por la forma en que se
desarrolla la danza, asemejándose a la realización de una trenza y a su
descomposición, volviendo cada personaje a su lugar de origen. Mientras se
produce este acto, los Pecados aguardan a las puertas del templo y ante los
disparos de escopetas comienzan a arrastrar sus varas en el suelo y a emitir
aullidos, simbolizando la llamada al pecado de las almas que dentro están
siendo purificadas. Ya el Jueves, el día grande de las celebraciones, los
Danzantes y los Pecados se dirigen de nuevo a la iglesia, quedando éstos
últimos fuera y entrando los Danzantes realizando su danza hasta el comienzo de
la Misa. Durante la Eucaristía, los Pecados permanecen en el exterior aullando
y arrastrando sus varas, esperando el comienzo de la procesión.
Los danzantes
salen del templo con el rostro cubierto por las caretas y haciendo sonar sus
instrumentos, y se dirigen a la plaza del reloj donde tendrá lugar uno de los
momentos de mayor intensidad de la fiesta. Accede el Santísimo Sacramento a la
plaza en la Custodia, y los Pecados aguardan para entrar en escena e intentar
enturbiar la presencia de Jesús Sacramentado y queriendo entorpecer la tarea
purificadora que la Gracia lleva a cabo con las almas. Los pecados mediante
apresuradas carreras y brincos finalmente caen postrados ante el Sacramento al
llegar ante el altar. Los Danzantes por su parte se disponen a “Tejer
el Cordón” nuevamente, como ya lo hicieron en las Vísperas del día
anterior. Cuando todas y cada una de las almas han sido alejadas del pecado, la
Templanza intensifica los toques del tambor, y todos los danzantes agitan sus
pañuelos blancos simbolizando el triunfo de la Gracia sobre el pecado. La
procesión con el Santísimo Sacramento prosigue por las calles de Camuñas
ricamente adornadas para recibir la presencia real de Jesucristo.
De esta manera perpetúa
Camuñas su antigua tradición, para deleite de vecinos y visitantes. Tuve la
gran suerte de acudir el pasado año, y sin duda he de decir que se trata de una
de las fiestas más vistosas y complejas en cuanto a contenido se refiere, de
las muchas que he visitado. Siempre hemos oído decir que “después de Roma,
Toledo”, y en cuanto a Corpus se refiere, es de justicia afirmar que “Después
de Toledo, Camuñas”.
Madroños en el atuendo de un Pecado |
La Custodia por las calles de Camuñas |
El Mundo o "el de la correa" |
Los Pecados rendidos ante el Santísimo |
Danzantes y Pecados |
Pecado |
Pecado esperando el paso de la procesión |
Fuente consultada: YUGO SANTACRUZ, P., Danzantes y Pecados de Camuñas. Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos. Imprenta Taurina Dalia C.B. Madridejos (Toledo), 2006.
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
Muy interesante tu trabajo Jesús.Un saludo desde el programa Rutas inéditas por la geografía española que se imparte en el Instituto Cervantes de Atenas.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegro que sea de vuestro agrado. Un saludo.
EliminarAcabo de leer este trabajo, quería decirte que es muy interesante, pero existe un pequeña errata en lo que pone "garvineta", la palaba correcta es "gavineta", se lo digo porque soy de Camuñas y es el término que usamos
ResponderEliminarHola! Muchas gracias por tus palabras, me alegro que sea de tu agrado. Gracias por la puntualización, lo modifico ahora mismo. Saludos.
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