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sábado, 18 de enero de 2014

LA FIESTA DE SAN ANTÓN Y SUS 33 COFRADES

El "guarrito de San Antón"
Cada 17 de enero, pocos pueblos hay en nuestro país que no celebren la fiesta de San Antonio Abad, más conocido como San Antón. Fiesta por antonomasia dedicada a los animales, por ser el santo anacoreta protector de los mismos por los muchos milagros que obró en vida. Rituales muy diversos se extienden a lo largo y ancho de nuestra geografía, con el fuego como protagonista en la mayoría, en este caso tomando un sentido protector para los animales. Ritos todos relacionados con la protección de estos, que antaño adquirían una especial relevancia por ser las bestias medio de trabajo y de sustento para la mayoría de las familias españolas. Necesitaban esa bendición de San Antón para que sus animales viviesen sanos durante todo el año y pudieran ser medio para obtener el sustento. En la actualidad la fiesta no es menos importante, pero ahora proliferan animales domésticos de toda índole, y adquieren también una cierta importancia los niños, que participan en la fiesta de manera especial acompañados de sus mascotas. Es costumbre también en muchos lugares que se bendigan roscas y panecillos del santo que se dan a comer a los animales para que queden protegidos durante todo el año.

Si nos pusiéramos a enumerar la cantidad de lugares que celebran esta fiesta podríamos estar días enteros, atendiendo a la peculiaridad de cada uno. Pero hoy me quedaré nuevamente en la provincia de Toledo, en concreto en las localidades de Santa Olalla y Gerindote, donde la celebración de San Antón reúne una serie de particularidades, ligadas en todo momento a las cofradías del santo.

Panecilllos de San Antón de La Puebla de Montalbán
Ambos lugares cuentan con su cofradía de San Antonio Abad, y el punto común de ambas es que están compuestas de manera exclusiva por 33 varones. Como vemos, entran en juego los números, unidos siempre a un trasfondo. En este caso, hacen referencia a la edad de Cristo. Encontramos este tipo de cofradías en otros lugares, dedicadas generalmente al Santísimo Sacramento y a otros santos, como es el caso de la Cofradía de San Blas de la cercana localidad de Domingo Pérez. Como veremos a continuación, estas dos cofradías se fundan  hace varios siglos, y ocupan un lugar importante en sus respectivas localidades, pues cumplen con antiguas tradiciones que se han mantenido con el paso del tiempo, variando muy poco en sus formas.

San Antón. Santa Olalla
La Cofradía de San Antón y Corpus Christi del pueblo de Santa Olalla, la funda en el siglo XVI el Conde de Orgaz, que se había convertido en protector del Hospital de San Antonio Abad. En el siglo XVIII se fusiona con la Sacramental, de ahí que en la actualidad la Cofradía lleve el nombre de ambas. Está compuesta por 33 cofrades varones, que se pasan el cargo de generación en generación. Cuando un cofrade fallece, su puesto pasa a uno de sus hijos varones, en caso de no tener descendencia, se presenta un nuevo candidato que es elegido por el resto. Además de organizar la festividad de San Antón, los 33 cofrades participan en el lavatorio de pies de los Santos Oficios del Jueves Santo. Hay uno encargado de la cera que porta un cesta donde lleva las velas que entrega al resto y que al final de las celebraciones recoge. A los cultos que la cofradía dedica a sus titulares deben asistir los 33 bajo pena de multa. Me cuentan que antaño la multa se pagaba en cera, siendo el pago en la actualidad en dinero. La fiesta comienza la tarde del 16 de enero, cuando los 33 cofrades han de asistir al traslado de la imagen de San Antón desde su sede que es la iglesia de San Julián, hasta la parroquial de San Pedro Apóstol. El día 17, fiesta grande, tienen lugar la celebración de la santa misa y la procesión alrededor del templo de San Pedro, a la que acuden los niños y niñas de Santa Olalla. Ya el día 18 tiene lugar la misa por los cofrades difuntos y el traslado de San Antón de nuevo a su sede. Allí tiene lugar el Cabildo de la Cofradía, y es en este día cuando, si se precisa, se elige nuevo cofrade. Se lleva a cabo mediante un sistema de bolas que antes eran de madera y en la actualidad de plástico. A cada cofrade le corresponden dos bolas, una blanca y una negra. Si se está de acuerdo con el nuevo candidato, la bola que se echará a la bolsa será blanca, si es lo contrario será negra. Si salen blancas, el candidato será admitido como nuevo cofrade y jurará las reglas de la cofradía el día del Corpus Christi en el altar mayor de la iglesia de San Julián.

Rosca de San Antón. Torrijos
En el caso de Gerindote, la Cofradía de San Antonio Abad se funda en el año 1860, formada por un número cerrado de 33 varones. A estos 33 cofrades se unen dos hermanos denominados “recaderos”, que serán los siguientes en formar parte del colegio de hermanos de San Antón cuando se produzca alguna baja. Cada año se cambia de hermanos mayores, siguiendo orden de lista, siendo estos los encargados de custodiar y portar durante todo el año el cetro y el estandarte. Por la gran tradición que tiene la hermandad en Gerindote, hay lista de espera para poder pertenecer a la misma en caso de que uno de los hermanos fallecidos no cuente con descendencia para ocupar el cargo. Al igual que en Santa Olalla, el puesto se mantiene de generación en generación. El 17 de enero, tiene lugar la misa por los hermanos difuntos y la cena de las tradicionales migas de los 33 hermanos. El domingo siguiente al 17 tiene lugar la fiesta grande de la hermandad. Por la mañana los hermanos se juntan para desayunar chocolate con churros, y asistir posteriormente a la celebración de la santa misa. Tras ésta tiene lugar la procesión de San Antón y la bendición de animales y roscas del santo. Estas roscas de pan con anises que se han bendecido ante la imagen del santo, son compradas posteriormente por los devotos para dárselas a los animales y que queden protegidos por su patrón durante todo el año. Antaño era costumbre que la hermandad comprase un cerdo que el pueblo alimentaba durante todo el año y que se rifaba el día de San Antón. En Gerindote se conocía con el cariñoso nombre de “guarrantón”, y el animal recibía los cuidados y la estima de los vecinos que le alimentaban allí por donde pasaba. Esta bonita tradición se ha perdido, y en la actualidad se sigue rifando el cerdo pero sin estar durante todo el año merodeando por las calles de Gerindote. Para finalizar la jornada festiva los 33 hermanos de San Antón se reúnen para compartir la comida de hermandad.

Agradezco la colaboración de Josué López y Satur Martín, que me han informado acerca de estas dos tradiciones de sus respectivos pueblos.

*Todos los textos, así como las fotografías y archivos de vídeo son propiedad del autor.

3 comentarios:

  1. Lastima que se perdiese la bonita costumbre de soltar el marranillo por las calles,esta costumbre viene de epoca medieval,en la que la Orden militar y hospitalaria de los antonianos soltaban los cerdos por las calles,los mismos eran muy respetados por las gentes pues les tenian como sagrados,cuando se sacrificavan era para alimento de los enfermos del fuego sagrado,pues a estos enfermos especialmente socorrian los monjes de San Antonio Abad.

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  2. Me están siendo de gran utilidad tus grandes "saberes" Jesús. Desde el Punto de Informacíon Turística de Yepes te invito a que vengas a conocer la historia y cultura de mi pueblo.Un saludo
    Elena.

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    1. Hola Elena. Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegro que te guste el trabajo que realizo y sobre todo que te sirva. Tengo muchas ganas de conocer el patrimonio de Yepes, es una de las citas que tengo pendientes
      desde hace tiempo, pues tengo amigos allí y en repetidas ocasiones me han dicho que tengo que ir. ¡Saludos!

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