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domingo, 22 de diciembre de 2013

LAS FIESTAS DE SANTA EUGENIA EN HUECAS: LAS TRADICIONALES PUJAS


Al LI que hay una ermita dentro del pueblo, que se llama Santa Eugenia, con una imagen de la Santa de alabastro, y esta allí de tiempo inmemorial, y se tienen entre los moradores devotion notable a la Santa, y se llaman muchas mujeres de su nombre. Que se guarda la fiesta de Santa Eugenia, que cay a veinte y tres diciembre de tiempo inmemorial según dicen entre los moradores, y dicen que es voto, y aquel dia se dice la misa mayor en la ermita, y primeras vísperas el día antes, y acuden a la ermita todos cum magna animorum alacritate”.

De esta manera quedaba reflejada en las Relaciones del Felipe II, a finales del XVI, la gran devoción que el pueblo de Huecas, en la provincia de Toledo, ha tenido desde tiempo inmemorial a Santa Eugenia, mártir del siglo III.

Y es que según la tradición oral que ha ido pasando de generación en generación entre los hijos de Huecas, la Santa vino hasta este lugar para quedarse para siempre. Cuenta la leyenda que pasaba por el pueblo un carro tirado por bueyes que venía de Toledo y se dirigía a Talavera transportando una imagen de alabastro de Santa Eugenia. Al llegar a la plaza los bueyes quedaron inmóviles y nadie consiguió que continuasen la marcha, por lo que este hecho fue considerado una señal divina por la que la Santa quiso quedarse en Huecas. Encontramos en esta curiosa narración un paralelismo con otras imágenes que de la misma manera quisieron quedarse en los lugares donde hoy se las venera para amparar en tiempos de calamidad y ser abogadas y protectoras de sus gentes. Así encontramos el caso de la Virgen de la Piedad de Villanueva de Alcardete, y el de la Piedad de Santa Olalla, que llegaron en sendas carretas tiradas por bueyes y que quedaron inmóviles en las plazas de ambos pueblos. Llama la atención que en los tres casos se trataba de imágenes realizadas en piedra.

Desde entonces Santa Eugenia ha sido para Huecas su mayor tesoro, y sus fiestas se han venido celebrando con gran solemnidad y cargadas de un notable sabor tradicional que a día de hoy aún se mantiene y que veremos paso a paso en esta entrada.

Las fiestas comienzan la víspera, el 22 de diciembre. Por la tarde tiene lugar la bajada de la Santa del trono en el que permanece 364 días del año, y que tan solo abandona en esta ocasión para ser trasladada a la iglesia parroquial. Finalizada la novena, el cura párroco se dispone a bajar a la Santa, y se la entrega al alcalde que la alza mostrándola a su pueblo, y que posteriormente coloca sobre el altar para comenzar la primera de las tradicionales pujas para trasladarla hasta las andas. Las pujas en las fiestas de Santa Eugenia son una de las tradiciones más antiguas, pues a lo largo de la fiesta tienen lugar varias, tanto de carácter religioso como profano, mediante las cuales se sufragan los festejos. Junto al altar de la ermita un huecano dirige las pujas y la gente comienza a ofrecer cantidades de dinero para obtener el privilegio de portar a su patrona en un corto trayecto que une el altar y las andas. Me cuentan que antiguamente se pujaba por bajar a Santa Eugenia del trono, cosa que como vemos ha variado, pasando a bajarla el sacerdote. La Santa sale a la calle y de nuevo comienza otra puja, esta vez para portar la carroza, el estandarte, el cetro, y las cintas de la carroza (antes las horquillas de las andas cuando la imagen se transportaba a hombros). También se pujan los cohetes que se lanzarán en el corto trayecto que une la ermita con la iglesia parroquial, y me dicen que antiguamente cuando aún no habían desaparecido los quintos, era a estos a quienes se encomendaba la puja de los mismos.

La Santa llega a la iglesia donde tiene lugar el rezo de las primeras vísperas, y donde aguardará hasta el día siguiente, el día grande de las fiestas, para la celebración de la función solemne. En la tarde del 23 de diciembre tiene lugar el momento más intenso de la fiesta: la procesión de gloria por las calles del pueblo con la imagen de Santa Eugenia. A lo largo de la procesión se suceden varias paradas o estaciones en las que vuelven a tener lugar las tradicionales pujas. Se puja de nuevo por llevar la carroza, las cintas, el cetro, el estandarte, los cohetes, y además en esta ocasión por la carretilla de pólvora que más tarde será encendida. Las pujas de la procesión han variado bastante con el paso de los años, me cuentan que fue en los años 90 cuando sufrieron una variación importante que acabó con una de las tradiciones más pintorescas de estas fiestas. Se trata de las pujas de los instrumentos de la banda de música que los vecinos realizaban para bromear los unos con los otros o para hacer pasar un rato de vergüenza. Una persona pujaba por uno de los instrumentos eligiendo a otra para que lo llevase un tramo de la procesión; así se pujaba para que el trombón lo llevase una persona de pequeña estatura, para que el estandarte lo portase una persona que no tuviera fuerza suficiente para poderlo llevar… Se pagaban grandes cantidades de dinero que se empleaban para sufragar los actos profanos.

Al llegar la procesión a la plaza tiene lugar el besamanos de la Santa, momento en que los huecanos se acercan a besar a su patrona y a venerar su reliquia; la gente suele depositar su beso en la cara de Santa Eugenia. En la última parada antes de devolver la imagen a su ermita tiene lugar otra de las pujas más tradicionales: la del bonete del señor cura. Tras esto, la Santa entra en la ermita donde se hace la puja de mayor intensidad emocional, la “puja gorda”, por la que los huecanos dan mayor cantidad de dinero por subir a la Santa al trono. Es tradición que cuando la puja ha alcanzado su punto álgido, el momento en que la persona que dirige la puja se dispone a pronunciar el tradicional “a las tres”, se grite “¡Santa Bendita, más vale!” para animar a la gente a seguir aportando mayores cantidades para subir a Santa Eugenia al trono. Es tradición también el canto de los motetes que en la actualidad se han aglutinado en un himno, y que cantan las glorias de la Santa. Reproduzco un fragmento:
Ruega a Cristo por nosotros,
Por Huecas que tanto te ama
Y que con fe y devoción
Por su Patrona te aclama
Himnos de gloria y cantos de amor
Entonemos a Santa Eugenia
Con gran fervor.

Tras la subida de la Santa al trono y antes del baile festivo, tienen lugar las tradicionales pujas profanas, en las que se pujan piezas de caza que días antes los cazadores de Huecas han conseguido en la “cacería para la Santa” que tiene lugar en los cotos locales. También se pujan los tradicionales peces de mazapán que ofrecen los vecinos de la localidad, así como otros muchos regalos.
 

Otra de las tradiciones de Huecas en estas fiestas y que no pasa desapercibida entre los huecanos y los vecinos de localidades circundantes, es la de los toros de fuego que además ha sido declarada fiesta de carácter tradicional local recientemente. La noche de la víspera de Santa Eugenia, estos toros hacen su aparición cumpliendo así una de las más importantes tradiciones de Huecas en la que todo el pueblo se vuelca.

Como hemos visto, se trata de unas fiestas llenas de gran arraigo, unas fiestas que a pesar de los rigores del invierno sacan a la calle a las gentes de Huecas para participar de lleno en cada uno de los actos que se celebran para honrar a su queridísima patrona Santa Eugenia como se ha venido haciendo desde muchos siglos atrás.

Agradezco la colaboración de Roberto Félix García, vecino de Huecas, que me ha hablado de esta entrañable tradición de su pueblo para poder dar forma a esta entrada.


Dejo a continuación un vídeo correspondiente a la bajada del trono de la Santa de este año, grabado esta misma tarde en Huecas.



 *Todos los textos, así como las imágenes y los archivos de vídeo son propiedad del autor.

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