Chozas de Canales es una localidad toledana que se sitúa junto a las vegas del río Guadarrama, y que pertenece a la comarca de la Sagra. A pesar de su crecimiento en las últimas décadas, sigue conservando aún su sabor a pueblo y sigue manteniendo vivas las ricas tradiciones que festeja a lo largo del año. De entre las muchas fiestas con que cuenta, traemos hasta aquí una muy característica y especial por los elementos que la componen.
Se trata de la fiesta de la "Virgen Chica", imagen que desapareció en 1936 y que recibía este cariñoso apelativo por sus reducidas dimensiones. La nueva imagen que se adquirió representa a la Virgen de Loreto con el Niño Jesús en brazos. Según me contaban, esto se debe a que la familia que la donó a la iglesia era muy devota de tal advocación, lo que nos hace pensar que la imagen primitiva probablemente no tuviera estas características, como tampoco la advocación de "Loreto".
Cada primer fin de semana de septiembre, Chozas de Canales festeja como se ha venido haciendo desde tiempo inmemorial a su "Virgen Chica". Destaca de manera especial la "Procesión de las Luminarias", el momento álgido de la fiesta, donde devoción y tradición van de la mano, y donde se unen lo religioso (el culto a la Virgen) y lo pagano (el culto al fuego). Al anochecer del sábado sale la Virgen en procesión a recorrer las calles impregnadas por el humo y el olor que desprenden las hogueras que se encienden a su paso. En las luminarias arden restos de la poda de las viñas, ramones de olivo y haces de leña; en otras épocas también se sacaban trastos viejos que no eran ya de utilidad en los hogares. El fuego toma un protagonismo especial, actúa como elemento sagrado, como elemento purificador que acaba con lo viejo para dar paso a lo nuevo. En todas las celebraciones en las que está presente este elemento -sobre todo en los ritos de invierno- se le adjudica ese sentido renovador, se quema lo viejo para ahuyentar los malos augurios y los aspectos negativos. Podríamos interpretar también estas hogueras como cierre del ciclo agrícola con la quema de esos restos de los que hablábamos anteriormente; y a su vez ser tomadas como rito propiciatorio de la fertilidad de los campos que, a estas alturas del año, se encuentran ya preparados para la sementera. Otra peculiaridad de la fiesta, que curiosamente se repite en otros puntos de la comarca de La Sagra como Yuncos, Yuncler, Yunclillos, Recas, Magán, Villaluenga..., es que durante toda la procesión se van rezando Ave Marías al son de los acordes de la tradicional marcha que interpreta la banda de música. Esta procesión en los otros lugares citados recibe el nombre de "Procesión del Santo Rosario" o "Procesión de la Salve". Desde que la Virgen sale de la iglesia hasta su retorno, se rezan centenares de Ave Marías acompañados por la repetitiva y pegadiza melodía. Destaca también la presencia de las mujeres de la Hermandad que a ambos lados de la Virgen recogen los donativos que entregan los devotos por tener el privilegio de portar los cordones que penden de la imagen.
Ya el domingo, y esta vez sin hogueras, a media tarde cuando aún aprietan los últimos calores estivales, los choceros vuelven a sacar en procesión a su Virgen Chica, para esta vez pararla ante la ermita del Cristo sita en la plaza, y que los niños y niñas nacidos en el año sean ofrecidos ante Ella. A su retorno, entra en la iglesia parroquial acompañada del cántico de la Salve que entona el pueblo, y allí espera otro año hasta que llegue de nuevo "La Función de la Virgen".
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
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