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miércoles, 8 de febrero de 2023

CARNAVAL DE ITUREN Y ZUBIETA


"Relato para la mañana del último lunes de enero". Ituren (Navarra), 30-01-2023.

El valle duerme. Las nieves del frío invierno aún blanquean en las cumbres. Fluyen gélidos los ríos. El oso permanece en su letargo. La tierra es prácticamente improductiva, los hielos impiden que sea fructífera. Los días aún son cortos, pero la luz poco a poco va ganando tiempo a la oscuridad... Los hombres de esos valles hace cientos, o miles, o millones de años vivían de lo que la tierra daba, y por ello estaban en contacto directo con la madre naturaleza, hacedora de todo, la que hacía reverdecer los prados, crecer las cosechas, madurar los frutos, obtener el sustento para los animales... El hombre y la tierra, la tierra y el hombre, en estrecha unión. Había que salir del crudo invierno. Había que llamar a la primavera. Hacían temblar al valle, a las entrañas de la mismísima tierra, con los enormes cencerros que usaban para sus animales. Con su sonido, la madre naturaleza despertaba para iniciar el camino hacia la luz, hacia los días más largos, hacia el reverdecer, el florecer, el madurar... Una ofrenda a los dioses para que fueran propicios. Una manera de ahuyentar los malos espíritus que, durante el invierno, habían estado vagando sin rumbo aprovechando la oscuridad. Temblaba la tierra y tiembla cuando cada invierno se repite el ancestral rito. Cuando los Joaldunak -"los que portan los cencerros"- de Ituren y Zubieta cruzan el puente sobre el río, se abren paso por caminos y veredas, con su paso cadencioso, pisando fuerte la tierra. Tiemblan las entrañas de la tierra cuando con sus coloridos tuntturros y sus pieles, ofician el ceremonial. Retumba el sonido de los cencerros entre las paredes del valle de Malerreka. Se va el invierno. La naturaleza reanuda su ciclo y la comunidad continúa con su cotidianidad. El ritual está cumplido.

Después de muchos años esperando este momento, por fin tuvimos la suerte de conocer el Carnaval de Ituren y Zubieta, en la preciosa Navarra. Un rito único, lleno de belleza, que pone los pelos de punta y emociona. Resulta un momento mágico cuando en la lejanía del valle comienzan a sonar los joareak -cencerros-, y de pronto aparece la larga fila de Joaldunak con su paso marcial. El momento en que cruzan el puente de Zubiburu es maravilloso. Parece como si se diera un salto millones de años atrás, para protagonizar el rito y vivirlo en primera persona.

Maravilla. Esa es la palabra que mejor define a esta tradición y a esa tierra preciosa que atesora tanta riqueza patrimonial.















*Todos los textos, así como las imágenes, son propiedad del autor.

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