Conocí hace muchos años esta curiosa tradición aragonesa a través de los magníficos documentales de etnografía de Eugenio Monesma. Desde entonces siempre tuve el deseo de poder vivirla alguna vez en primera persona y conocer de cerca todos sus entresijos. Después de muchos años, llegaba el momento; me hice, como se suele decir, una pila de kilómetros para llegar hasta este bonito enclave de la Comunidad de Calatayud, en la provincia de Zaragoza, pero mereció la pena.
Cada 3 de febrero, fiesta de San Blas, Ateca celebra uno de sus días más grandes en el que todo el protagonismo lo ostenta "La Máscara". Un personaje de orígenes lejanos que a lo largo de los siglos se ha ido adaptando al devenir de los tiempos, llegando hasta nuestros días. Su vistoso traje de vivos colores rojo y amarillo, repleto de cascabeles, y la corbetera y el sable son, sin duda, una importante seña de identidad para el pueblo de Ateca. El gran Julio Caro Baroja, en su obra “El Carnaval”, habla de las máscaras aragonesas y las enmarca dentro de las llamadas “máscaras fustigadoras”, emparentadas a su vez con las Lupercalia romanas, de las que podría ser heredera la Máscara de Ateca:
“La salida de varias o de una sola máscara, con rasgos terroríficos a primera vista, fustigando y haciendo simultáneamente cuestación, se encuentra en ciertas regiones de la Península, en determinadas fechas del año, con mayor frecuencia invernales y primaverales, como, por ejemplo, Reyes, San Sebastián, y aún más tardíamente por la Candelaria, San Blas, Carnaval e incluso la Pascua de Resurrección. Alguna de estas fiestas (la Candelaria) puede entroncarse de modo relativamente directo con la clásica de las “Lupercalia”, al parecer. Otras tienen un significado muy destacado para pastores y ganaderos y poseedores de bestias en general, como San Blas, de suerte que cabría relacionar las máscaras que en ellas aparecen con máscaras antiguas, participantes en rituales pastoriles, sin gran extorsión. (…) Es probable que debamos colocar, como se ha dicho en un principio, en este mismo grupo, dadas sus atribuciones, a todos los tipos de enmascarados que salen en las mascaradas de invierno, ya estudiadas, con vejigas, zurriagos, etcétera, y cuya única misión es golpear a todo aquel que encuentran, y no sólo a estos, sino también a los que con el mismo fin salen en otras fechas del año y con otros motivos. Son ahuyentadores, y como tales preceden a las viejas comitivas civiles, de autoridades rurales, bodas, etc., lo mismo que a las procesiones” (Caro Baroja, 2006, 401-412).
Con el paso de los siglos se asoció la presencia de este personaje a diversos episodios de la historia de España, suponiendo la aparición de la Máscara una buena ocasión para reivindicar a través de la burla.
La fiesta comienza la víspera, el día de las Candelas, momento en que la Máscara hace su primera aparición por la mañana para correr tras los chiquillos que, entusiasmados, intentan arrancarle los cascabeles que lleva cosidos al traje. Arremeten contra ella llamándola “mascaruta”, “robajamones”… Por la noche vuelve a salir para participar en el encendido de la gran hoguera que se quema en la plaza y en torno a la cuál se congregan los atecanos.
El día de San Blas, tras la misa en la iglesia de Santa María, la Máscara acompaña al Santo en la procesión hasta su ermita y con la corbetera imparte su bendición a todo el que se encuentra a su paso. También reparte cascabeles que previamente han sido bendecidos, y que los atecanos guardan con verdadera devoción. Uno de los momentos más esperados de este día es la subida de la Máscara al cerro de San Blas. Allí le espera la chiquillería con una importante munición de manzanas que le lanzarán al tiempo que intenta coronar el cerro. Para protegerse de los golpes, cambia la corbetera por otra de grandes dimensiones.
Antes de iniciar el ascenso, frente a la imagen del santo, recita unos versos:
Glorioso San Blas bendito
Que naciste en Sebaste
Y a esta villa de Ateca
Viniste a empadronarte.
El día tres de febrero
Se celebra la fiesta
Con música, estandarte,
Gigantes y cabezudos
Y la Máscara que va delante.
Estos niños inocentes
Que no me dejan parar
Unos me llaman cobarde,
Otros me van a matar,
Pero al cerro he de subir
Por delante o por detrás.
¡Viva San Blas Bendito!
Una vez arriba, y después de haber sorteado con gran esfuerzo la lluvia de manzanas, los niños y niñas atecanos hacen un gran corro rodeando a la Máscara y se canta la tradicional canción del "Puente de Alcolea":
En el Puente de Alcolea
Había un puchero roto,
Le pegaron un balazo
Y cayó del puente abajo.
Al pasar el río,
Al pasar el río,
A mi tío Antón,
Le llegaba el agua,
Le llegaba el agua
Hasta el calzón.
Abajo, en la ermita de San Blas, los atecanos se pasan la "argolla" del santo por la garganta para pedir al obispo mártir su protección. También, por ser abogado de los males de garganta, se le ofrecen racimos de manzanas que el sacerdote bendice tras la misa y que se reparten entre los fieles.
Antes de iniciar el retorno al pueblo, y después de bajar el cerro, la Máscara vuelve a dedicar unos versos a San Blas:
Glorioso San Blas Bendito
He cumplido mi misión,
Ahora vamos a la iglesia
A cumplir con devoción.
¡Viva San Blas Bendito!
¡Viva la Virgen de las Candelas!
La fiesta finaliza con la vuelta de San Blas de nuevo a la iglesia de Santa María, presidiendo el cortejo la Máscara que, orgullosa de haber cumplido con la tradición, recibe las felicitaciones de sus vecinos.
Ha sido un verdadero regalo haber podido vivir y conocer de cerca esta fiesta, así como haber podido conversar con Jesús Lozano que, por primera vez, encarnaba el papel de la Máscara y que ya forma parte de la historia de Ateca. Es muy importante que en nuestros pueblos queden jóvenes como Jesús, con ganas de mantener vivas las tradiciones heredadas de sus mayores. Desde aquí mi más sincera felicitación.
Fuentes consultadas:
- CARO BAROJA, J., El Carnaval. Alianza, Madrid, 2006.
- "La Máscara de Ateca" en www.identidadaragonesa.wordpress.com, consultada el 10 de febrero de 2020.
- Vídeo “La Máscara de Ateca”, de Cultura y Patrimonio de Diputación de Zaragoza, consultado en Youtube el 10 de febrero de 2020.
*Todos los textos, así como las imágenes, son propiedad del autor del blog.
Detalle del sable que porta la Máscara |
El sable y la corbetera |
Las manzanas que se ofrecen a San Blas y que son bendecidas en la misa |
La Máscara imparte su particular bendición con la corbetera |
La Máscara acompaña a San Blas por las calles de Ateca |
La chiquillería espera a la Máscara en el Cerro de San Blas |
Preparados para realizar la descarga de manzanas |
Las municiones |
La Máscara comienza el ascenso al cerro de San Blas |
La Máscara consigue coronar el cerro |
La Máscara saluda al pueblo desde el cerro |
Misión cumplida |
La Máscara y Ateca, Ateca y La Máscara |
Los niños y niñas rodean a la Máscara y entonan "El Puente de Alcolea" |
Los niños y niñas intentan arrancar los cascabeles |
La Máscara dedica unos versos a San Blas antes de volver al pueblo |
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