Cada uno de enero la
ciudad de Palencia cumple con una tradición que llena los corazones palentinos
y que supone una de las más grandes señas de identidad. Se trata de la singular
fiesta del “Bautizo del Niño”, cargada de muchos siglos de antigüedad, y que se
viene celebrando con la misma ilusión y devoción que antaño.
La fiesta surge entre
finales del siglo XV y principios del XVI, siempre ligada a la Cofradía del
Dulce Nombre de Jesús, que es la encargada de venerar a la sagrada imagen del
Niño, y de preparar los cultos y la fiesta en su honor. El marco en que se
desarrolla la celebración es la iglesia de San Miguel, emblemático templo de
Palencia situado muy cerca de los márgenes del río Carrión, y en torno a la
cual se encontraba el barrio judío. Este último dato ha hecho pensar a
historiadores y conocedores de la fiesta, que tal vez la tradición tenga raíces
judías, y que en un primer momento se celebrase la “Circuncisión” del Niño Jesús, pasando con los siglos a celebrarse
el “Bautizo”.
Son varios los momentos
y actos que dan a esta festividad ese marcado carácter tan entrañable, que hace
que esta tradición sea, si no la más, una de las más queridas por los
palentinos.
El centro de la fiesta
es la imagen del Niño Jesús, de factura barroca, al que se dedica la
celebración, y al que se “bautiza”. Es curioso que la sagrada efigie no se encuentre en la iglesia, sino que
durante todo el año se custodia en el conocido como “Palacio del Niño”, que es la sede de la Cofradía del Dulce Nombre
donde tienen lugar juntas, reuniones, los convites del día del Bautizo… El Niño
tan solo abandona su casa el 31 de diciembre para salir en procesión al día
siguiente desde San Miguel.
La fiesta comienza en
la mañana del primer día del año, con la solemne misa y la ofrenda floral ante
la imagen del Niño. Adquieren gran protagonismo los que podríamos denominar
“cargos” de la fiesta, que son los
alcaldes, los capilleros, las madrinas –adulta y niña-, y el mayordomo.
Todos ellos son los máximos representantes de la Cofradía en este día, y
quienes presiden los actos y cultos. En el momento de la misa, abren la
comitiva hacia el altar y se colocan a ambos lados presidiendo la celebración.
Antes del ofertorio tiene lugar la ofrenda de flores para el Niño, que los
cofrades, sobre todo los más pequeños, entregan ante la imagen del Niño Jesús.
Finalizada la eucaristía, tiene lugar el aperitivo en el Palacio del Niño, al
que se invita a todos los asistentes.
Pero el momento más
esperado de toda la jornada es la procesión del Niño Jesús por la tarde. A
primera hora los fieles se congregan en la iglesia de San Miguel para asistir
al rezo del Santo Rosario y a la Renovación de las Promesas del Bautismo.
Finalizadas estas, la imagen del Niño inicia la procesión por el interior del
templo donde comienza a ser bailado a los sones del “Ea”, villancico antiquísimo que aporta a la fiesta siglos de
tradición y renombre. Según las fuentes, podríamos estar ante uno de los
villancicos más antiguos de la cristiandad, probablemente salido de la pluma de
un juglar, y tan antiguo como la fiesta. El título completo del villancico es:
“Divinos Versos en obsequio y alabanza
del Dulce Nombre de Jesús”, pero en Palencia se conoce tradicionalmente con
el nombre de “Ea”, interjección que
da inicio al primero de los versos que componen el estribillo. Se compone
además de varias decenas de estrofas en las que se va narrando el Nacimiento,
la Adoración de los Reyes, la Matanza de los Inocentes, la Huida a Egipto… Se
trata de una pieza única por su antigüedad y por su belleza, una pieza que da
carácter propio a esta tradición, puesto que es exclusiva de la misma. A
continuación dejo alguna estrofa y el estribillo del villancico:
Al principio del Mundo
Profetizaron
La venida del Niño
Ya se ha llegado
Ea, que eres
como una perla
Ola, que los
niños te adoran
Oye, que te
rondan pastores
Vaya, que eres
Sol refulgente
Niño del alma,
Niño del alma
Tú eres el Rey del Cielo
Y de la Tierra
De los niños más bellos
La mejor prenda…
La imagen del Niño
Jesús atraviesa el umbral de la puerta de San Miguel entre el regocijo y la
emoción de los presentes, la banda de música interpreta los acordes del “Ea”, al tiempo que los cofrades intentan
conseguir el privilegio de “bailar” al Niño. El trono donde procesiona la tierna imagen del
Divino Infante va adornado con flores y lazos, y del pequeño templetillo
cuelgan campanillas que suenan alegres al mecer y bailar al Niño. La procesión
rodea la iglesia, primero portan las andas las autoridades civiles y religiosas
y después los cofrades. Todos los palentinos conocen bien la letra de su más
querido villancico, todos lo entonan al unísono haciendo bailar a la imagen del
Niño como señal de alegría. Mucha gente viste ese día el traje tradicional
palentino, los hombres portan muy elegantemente las capas castellanas, la
madrina lleva mantilla, los cohetes no paran de sonar…
Cuando la imagen vuelve
a la puerta del templo gira mirando hacia los balcones de la Casa Parroquial
que se encuentra enfrente para protagonizar otro de los momentos más
importantes de la fiesta: la “pedrea”.
Consiste en el lanzamiento de cientos de kilos de caramelos y confites, que son
recogidos por todos aquellos que se congregan en la pequeña plaza. Son lanzados
por las autoridades y por las madrinas y los alcaldes de la cofradía. Se trata
de un entrañable acto que se repite en los bautizos de Palencia y de otras
partes de España, donde también recibe el nombre de “bateo”. La ilusión de los niños es máxima protagonista de este
momento. Las caras de ilusión, de sorpresa, de inocente avaricia… ponen broche
a una fiesta muy bonita que apuesta por conseguir la declaración de interés
nacional.
Fuente consultada: "Bautizo del Niño", Historia de una tradición". Libreto editado por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús de Palencia en 2015.
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
Alcaldes y Capilleros presiden la ofrenda floral |
Capilleros y Alcalde |
Los Alcaldes |
"Ea, que eres como una perla" |
Comienza el baile del Niño |
Tres generaciones de coheteros |
La elegancia de las capas castellanas |
Luciendo el traje palentino |
La "pedrea" |
El Niño de San Miguel |
Caramelos y confites de la "pedrea"
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