Como cada año, Novés ha
celebrado en el día más cercano al 30 de noviembre –en este caso el viernes 28-
una de sus fiestas más entrañables y antiguas. Se trata de la Fiesta de San
Dieguito, tradición muy arraigada en este pueblo de Toledo, que se mantiene
viva gracias al entusiasmo de niños, padres, profesores y amantes de las
tradiciones. En otra entrada que escribía el pasado año con motivo de esta celebración,
hablaba de las partes que componen la fiesta y del desarrollo de la misma,
habiendo recogido el testimonio de personas que participan activamente de ella
en la actualidad.
En esta ocasión
abordaré esta curiosa tradición, pero desde una óptica diferente, tomando parte
de las informaciones que me aportó Mari Lirola de Paz, novesana que siente la
fiesta muy adentro, y que la ha vivido desde siempre de forma muy cercana. Su
padre, D. Rafael Lirola Caño, fue maestro en Novés allá por los años 40 del
siglo pasado, y durante varias décadas ejerció su profesión en el pueblo,
siendo el principal impulsor y mantenedor de la tradición del día de San
Dieguito.
Fue una gran suerte y
un honor para mí coincidir con Mari. Visiblemente emocionada, me brindó su
ayuda desde el primer momento, y me aportó datos de cómo era la celebración
hace unas décadas. A través de su relato, podemos observar los cambios que con
el tiempo ha sufrido la tradición, aunque hay que señalar que la esencia de la
fiesta no se ha perdido.
Mari sitúa su relato en
los años 40 del siglo pasado, cuando su padre, D. Rafael, ejercía la profesión
de maestro en su pueblo de Novés. Recuerda emocionada con qué intensidad vivía
su padre la fiesta de San Dieguito, tanto es así que me contaba que enfermó, y
que un 30 de noviembre, fiesta del santo, fue sometido a una operación.
Recuerda que los niños y el párroco de Novés pidieron por él en la misa de la
fiesta, para que todo saliera bien.
Don Rafael Lirola fue,
como señalaba antes, un gran impulsor de la fiesta, así como de las
tradicionales Letrillas de San Diego, a las que añadió alguna estrofa más. Fue
quien compró la pequeña imagen de San Diego que compone el cetro que se saca en la procesión el
día de la fiesta junto con la imagen que va en andas, y que actualmente custodia Mari durante todo el año en su casa. Es tradición que desde su
adquisición, cada año lo porte aquel niño que lleve por nombre Diego. La fiesta en aquellos años tenía como escenario la iglesia y la
escuela de los párvulos que se encontraba en la calle Sahúco. Me cuenta mi
informante que días antes salían los niños por las calles a pedir mayordomos
para san Diego. Todo aquel que quisiera se apuntaba para “ser mayordomo” y
tener derecho el día de la fiesta a recibir las castañas, para lo que habían
entregado previamente una cantidad de dinero. El día de la fiesta los maestros
nombraban en la iglesia a todas aquellas personas que se habían “apuntado a San
Dieguito”. Había quienes también hacían promesa de ofrecer una cantidad
determinada de castañas al Santo por haber recibido algún favor por su
intercesión.
La fiesta comenzaba
días antes con los preparativos, pero los días principales eran la víspera y el
día de San Diego. Los maestros escogían a algunos niños de los más mayores para
que fuesen andando a la localidad vecina de Portillo de Toledo a comprar los
cohetes para los dos días. La tarde de la víspera, los niños y los maestros
subían a la iglesia a colocar al santo en las andas. Una vez terminada esta
tarea, se cantaban las coplillas y después los chicos salían por las calles
para pedir por las casas sarmientos, sillas viejas, serijos, y otros enseres
para encender la gran luminaria a la puerta del ayuntamiento. Mari recuerda lo
grande que era, y a la señora Juliana, vecina que vivía junto al lugar donde se
encendía la lumbre, preparada siempre con un cubo de agua para evitar posibles
incendios. La luminaria en la actualidad no se hace desde hace algunas décadas,
es el aspecto de la fiesta que se ha perdido.
El día grande, tras la
misa y la procesión y el canto de las Letrillas, los niños y niñas, así como
las personas que se habían apuntado a San Dieguito, se dirigían a las escuelas
para recoger las castañas. Me cuenta Mari que se entregaban con un pequeño
tazón de porcelana que aún conserva, y que cada niño las recogía en una
taleguilla o pequeña bolsa de tela, que sus madres les confeccionaban para tal
fin. Las castañas que sobraban se entregaban al ayuntamiento y a los enfermos
que no habían podido asistir a la fiesta. Aún hoy Mari sigue cumpliendo con la
tradición de repartir unas cuantas castañas entre algunas personas que no han
podido ir por motivos de salud o por la edad.
En la actualidad la
fiesta se sigue celebrando, y los niños siguen participando activamente en el
día del que es su patrón, el patrón de los niños y niñas de Novés. Es digno de
admirar el esfuerzo que padres, madres, profesores y el párroco, D. Eladio,
hacen para que esta bonita fiesta no se pierda. Desde el colegio de Novés se
promueven una serie de actividades escolares y certámenes con motivo de esta
fiesta, como es por ejemplo la actividad en la que cada niño decora una castaña
de papel, o el mural que todos componen en alusión a la fiesta.
Desde estas líneas
agradezco la ayuda y colaboración de Mari Lirola y Mariano, su marido, que tan
gustosamente me abrieron las puertas de su casa y su memoria para hablarme de
la tradición. También agradezco la amabilidad con que me recibe Don Eladio, el
párroco, cada vez que me acerco hasta Novés a participar en alguna de sus
festividades; él sin duda es pilar fundamental para la conservación de las
tradiciones novesanas, pues las respeta y las quiere como un novesano más. Y
por supuesto gracias al colegio de Novés, y en especial a Jamila, jefa de
estudios y amiga mía, que me facilitó la participación en la fiesta y me abrió
las puertas del colegio para poder vivirla desde cerca.
Los niños se encargan de las lecturas y peticiones de la misa |
Los alumnos de 6º portan las andas y "un Diego" el cetro |
Cetro adquirido por D, Rafael Lirola |
Papeletas para recoger las castañas |
La creatividad de los más pequeños de Novés |
Exposición de castañas decoradas |
Los niños continúan la tradición de su pueblo |
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
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