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viernes, 1 de mayo de 2020

"EL JUDAS" Y LAS "TORTAS DEL DIABLO" DE LAS PEDROÑERAS



El Martes de Carnaval me desplacé hasta Las Pedroñeras, pueblo de la provincia de Cuenca famoso por sus ajos. Allí, en este día, ostenta todo el protagonismo la Cofradía de las Benditas Ánimas, una de las más antiguas del lugar. La componen varios cargos: un Mayordomo, un Secretario, el Abanderado, el Jefe de Diablos y el Jefe de Tambores. Todos ellos, junto al resto de cofrades, se encargan de cumplir con la tradición que, a pesar de estar pasando por unos momentos complicados por la falta de gente según me indicaban, se mantiene viva gracias a su esfuerzo e ilusión. 

Este Carnaval de Ánimas arranca muy temprano el día grande, en concreto a las cuatro de la madrugada. A esa hora los cofrades, a la puerta de la iglesia, encienden una gran hoguera con troncos de cepa que han recogido días antes. Cuando la leña se ha quemado por completo, enterradas en las brasas cuecen las tradicionales "Tortas del Diablo", hechas con harina, agua y una pizca de sal. En el mismo lugar las amasan y les dan forma y, tras cocerse, se venden a todas aquellas personas que lo deseen. Junto a la lumbre preparan en un perol el "coloboro", un exquisito caldo a base de gallina, codillo, cerdo, ternera, jamón, tocino y garbanzos, al que además se añade vino blanco, y que ofrecen a quienes acuden a comprar las tortas. 

Otra de las peculiaridades de la celebración es la aparición de "El Judas", un personaje enmascarado que recorre las calles del pueblo pidiendo limosna para las Ánimas. Viste un curioso traje que lleva calaveras bordadas y que se compone de pantalón y chaqueta larga rematada con una capucha. En la parte posterior de la chaqueta lleva bordada la frase: "Limosna Benditas Ánimas". Porta un palo del que pende una cuerda en cuyo extremo va atado un manojo de trapos viejos, y que recibe el nombre de "guisopo". Emplea este elemento fustigador para dar "guisopazos" a quienes no le entregan la limosna. No puede hablar ni desvelar su identidad, tan solo pronuncia la frase "una limosna para las Benditas Ánimas" y, cuando recibe el donativo responde: "Las Benditas Ánimas den que dar". Me contaban que antiguamente la persona que encarnaba el papel de este misterioso personaje lo hacía como manda o promesa; ahora son los jóvenes de la cofradía los encargados de seguir con la tradición. También me comentaban que hasta hace algunos años el Judas iba acompañado por siete diablos ataviados de blanco y con un gorro del mismo color que, incluso, llegaban a pagar por representar ese papel. El dinero que recauda se destina para ofrecer misas por las Ánimas del Purgatorio. Al tiempo que el Judas recorre las calles de Las Pedroñeras, también lo hacen los tambores para anunciar a los vecinos la celebración con su toque característico. 

A media mañana parte la comitiva desde la casa del Mayordomo para acudir a la Misa de Honores a las Benditas Ánimas. Abre el cortejo el abanderado y le siguen el resto de los cargos portando los cetros y las alabardas, y vestidos con la tradicional capa castellana. Cierran la comitiva los tambores. El Judas espera en la puerta de la iglesia donde sigue pidiendo limosna a todas las personas que se disponen a entrar al templo. Durante la misa él se queda en la calle, no puede participar de la celebración. Dentro, a un lado del altar mayor, se sitúan los cargos, y el abanderado se pone delante, en el pasillo central, desde el momento de la consagración hasta que finaliza la eucaristía. Durante la comunión los tambores vuelven a tocar. Finalizado el acto religioso se pone fin también a la elaboración de las Tortas del Diablo y los cofrades se retiran a comer. 

Ya por la tarde tiene lugar la "Vuelta de Póstulas" en la plaza, el "Almonedeo" y la "Carrera de Alabarderos". Llaman la atención las tortas de pan que ensartan en las antiquísimas alabardas y que reciben el nombre de "sombreros" debido a su forma. Estos panes son subastados entre la gente al final de los actos de la tarde. 

Fue un lujo para mi poder compartir aquella mañana con los pedroñeros y pedroñeras. Agradezco de corazón la acogida por parte de los miembros de la Cofradía de las Benditas Ánimas, que me explicaron todos los pormenores de la celebración y me aportaron datos muy interesantes de la misma. También al Judas, que me permitió acompañarle en su recorrido por las calles del pueblo. Es digno de admirar el tesón de este grupo de personas por mantener una tradición tan señera y que, como me indicaban, harán todo lo posible para que no se pierda.

*Todos los textos, así como las imágenes, son propiedad del autor del blog.

Un "sombrero" de pan ensartado en una alabarda

Las Ánimas Benditas

"Limosna Benditas Ánimas"
Los "Cargos" de la Cofradía de Ánimas


Trasera de la chaqueta de "El Judas"

"Una limosna para las Benditas Ánimas"

La Bandera y los tambores recorren las calles

El "coloboro"

Amasando las "tortas del diablo"

La ceniza de las tortas se limpia con una escoba

Comitiva de los cargos hacia la iglesia

"El Judas" aguarda a las puertas del templo

"Las Ánimas Benditas, den que dar"

"El Judas"

"Sombrero" de pan



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