Entre las muchas
tradiciones con que cuenta la Ciudad de Toledo, cabe destacar la celebración de
diversas romerías a lo largo del año, a las que acuden toledanos y gentes de
los pueblos cercanos para honrar a la Virgen en sus diferentes advocaciones, y
también a algunos santos. Son varias las ermitas que se encuentran dentro y
fuera de la ciudad, actuando como clara seña de identidad para cada uno de los
barrios donde se asientan. En Toledo, la época de mayor concentración de
romerías es la primavera, y más en concreto el mes de mayo. Pero debemos
distinguir entre dos tipos de romerías que a mí me gusta denominar “romerías al campo” y “romerías urbanas”. En cuanto a estas
últimas señalar que son muchas las parroquias y los barrios de Toledo que
festejan a la Virgen de la misma manera que se hace en la otra tipología, que
son las romerías propiamente dichas a un paraje donde se encuentra una ermita
extramuros de la ciudad. El ritual es similar en estas romerías urbanas, y la
asistencia también, pues en esta ciudad hay imágenes marianas que arrastran
gran cantidad de devotos que acuden peregrinando también para venerarlas. Sería
el caso de la Virgen de la Salud de Santa Leocadia, la Virgen de la Estrella
del Arrabal, la Esperanza de San Cipriano… En todas ellas se repiten los mismos
ritos que en las romerías a ermitas a las afueras de la ciudad como veremos más
adelante.
El ciclo de romerías a
ermitas extramuros se inicia a finales de abril con la romería de la Virgen de
la Cabeza. La sigue la popular romería de la Virgen del Valle que es sin duda
la de mayor tradición y arraigo en la ciudad y que tiene lugar el uno de mayo.
Al Valle siguen la Virgen de la Bastida, el Santo Ángel Custodio, San Jerónimo
y la Virgen de la Guía, de la que hablaré aquí.
La ermita de Nuestra
Señora de la Guía se encuentra en un cerro situado a varios kilómetros de la
ciudad de Toledo, a otro lado del río Tajo. En la actualidad se encuentra
dentro de los terrenos propiedad de la Academia de Infantería, por lo que sólo
se puede acceder a ella la víspera y el día de la fiesta que tiene lugar el 12
de octubre desde hace varias décadas, ya que antes se celebraba el último
domingo del mes de mayo. Como señalaba anteriormente, cada romería suele estar
adscrita a la devoción de un barrio determinado. En este caso son los vecinos
del barrio de Santa Bárbara los que en su mayoría acuden a esta romería, siendo
muchos de ellos hermanos de la cofradía de la Virgen.
La Virgen de la Guía
cuenta con una curiosa a la vez que bonita leyenda, que nos da explicación de
la existencia de la ermita en ese paraje. La tradición oral nos ha transmitido
que siglos atrás sorprendió la noche a dos cazadores en el lugar donde hoy se
levanta la ermita, y se encomendaron a la Santísima Virgen para que les ayudase.
Ante la falta de visibilidad y viéndose perdidos en el campo, de repente
detectaron una estela luminosa a la que siguieron. Se trataba de un pajarillo,
en concreto una corneja, que llevaba un farol en el pico para “guiar” a los dos
hombres. El animal les condujo hasta las ruinas de una antigua ermita. Uno de
los dos cazadores mandó reconstruirla para dar veneración a la Virgen con la
advocación de “la Guía”, en agradecimiento por tan portentoso milagro. Desde
entonces creció la devoción a la Virgen a la que se han atribuido milagros y
favores a lo largo de todos estos siglos.
La romería de la Guía
es la última de todas las que se celebran en Toledo. Tiene lugar el 12 de
octubre, fiesta del Pilar, comenzando los festejos la víspera. Como en toda
romería toledana, no pueden faltar la función principal de la mañana, y la
procesión por la tarde. En este caso, la Virgen de la Guía sale por los cerros
y caminos que circundan la ermita a hombros de sus hermanos cofrades. Al
regreso de la procesión, los anderos “bailan” la imagen al son de los acordes
del himno nacional ante la puerta de la ermita.
Hay varios aspectos que
hacen únicas a las romerías toledanas, y que por supuesto no faltan en esta de
la Virgen de la Guía. Uno de ellos es el tradicional reparto de la rosca a cada
hermano a modo de obsequio. Estas roscas se elaboran en las panaderías de
Toledo, y nunca faltan en estas festividades. Se trata de un roscón elaborado a
base de harina y huevo, y al que se añaden anises y azúcar. Cada hermano al
pagar su cuota tiene derecho a recibir una de estas suculentas roscas. En
algunas de estas romerías también se ponen a la venta para aquellas personas
que, sin ser hermanos, quieran llevarse alguna.
Otra cosa que no puede
faltar es el tradicional juego de las “quínolas”,
presente en todas las romerías de Toledo, y que podríamos decir que se trata de
una costumbre típicamente toledana. Es un juego de naipes en el que se paga una
determinada cantidad por elegir una o varias cartas. Dependiendo de cómo lo
decidan los organizadores, se pueden elegir varias cartas, resultando ganador
el que reúna las mismas, o elegir una y resultar ganador aquél que tenga la
carta que se saque de la baraja. Los que dirigen la quínola tienen una baraja
española de la que al azar sacan una o varias cartas que determinarán quién
será el agraciado. Los premios que se pueden obtener en estas quínolas pueden
ser jamones, quesos, embutidos, las tradicionales roscas…
No se entiende una
romería en Toledo sin la tradicional limonada y los tostones. La limonada se
elabora a base de vino blanco, limón y azúcar, y se dispone en porrones para
que los romeros la puedan degustar. Los tostones son garbanzos tostados y
mezclados con yeso, y son repartidos junto a la limonada en unas mesas que la
hermandad dispone en el patio de la ermita.
De esta manera
transcurre la romería de la Virgen de la Guía a la que incluso algunos vecinos
del barrio de Santa Bárbara acuden andando. Es un día en el que las familias se
juntan en torno a la ermita para comer y pasar una agradable jornada festiva.
Fuente consultada: VAQUERO FERNÁNDEZ-PRIETO, E., Nuestra Señora de la Guía. Imprenta Serrano. Toledo, 1996.
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.
Ermita de Ntra. Sra. de la Guía |
La Virgen de la Guía en su Camarín |
La Virgen, el Niño y la corneja con el farol |
Ofrendas de velas a la Virgen |
Tradicional juego de las quínolas |
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