El bello pueblo de
Almorox, en la provincia de Toledo, conserva una tradición que desde el siglo
XVIII ha sido su mayor seña de identidad. Se trata de su Carnaval de Ánimas, en
el que la protagonista es la “Sargentería”
o Soldadesca de Ánimas. Se trata de una peculiar celebración que arranca en la
primera mitad del siglo XVIII, a raíz de un brote de peste que tuvo lugar en la
localidad. Hombres y mujeres fundaron la Soldadesca o Hermandad de Ánimas, cuyo
fin primordial era la veneración de las Ánimas Benditas, y ser una institución
de caridad para dar digno enterramiento a quienes no dispusieran de medios, y a
quienes carecieran de familia que se hiciese cargo del entierro. La Sargentería
siempre había de tener un féretro y un sudario para tal fin. También entre sus
fines estaba la misión de evitar escándalos y malas conductas durante los días
propios del carnaval.
Desde sus orígenes, la Sargentería de Almorox, ha estado
compuesta por matrimonios que cada año se han ido ofreciendo para coger las
riendas de la Soldadesca por el período de un año. Antaño, eran normalmente los
matrimonios que se habían casado recientemente.
La Sargentería está compuesta por una serie de cargos que componen una
jerarquía. A la cabeza está el capitán,
le siguen dos “amos” o alféreces, y el alférez abanderado. El resto de hombres y mujeres son los sargentos y sargentas, portando ellos las alabardas.
Los hombres visten traje de chaqueta con corbata, y las mujeres van de mantilla
pudiendo variar su atuendo el Domingo de Carnaval. El capitán y los alféreces
portan bastones de mando con escarapelas con los colores de la bandera nacional,
y bordada la siguiente leyenda: “Hermandad
de las Ánimas”. El abanderado porta la bandera nacional, y el resto de
sargentos las alabardas, que llevan crespones negros. Van en todos los actos de
la fiesta acompañados por los redobles de un tambor que confieren un marcado carácter
militar.
El Carnaval de Ánimas
de Almorox comienza el Domingo Gordo de
Carnaval. La Sargentería, tras
haber acudido a Misa, se dirige a la plaza donde tiene lugar uno de los actos
de mayor atractivo de la fiesta: la subasta
de la caza y la puja por el “Ramo de Ánimas”. Días antes, los sargentos han
salido a los cotos cercanos a hacer acopio de centenares de piezas de caza que
el Domingo de Carnaval se subastarán para recaudar dinero, que se destinará a
ofrecer misas por las Benditas Ánimas. En los arcos del ayuntamiento se cuelgan
conejos, perdices, liebres y otras piezas cinegéticas, que serán entregadas al
mejor postor. La subasta puede prolongarse durante varias horas, culminando con
la esperada puja del “Ramo”. Se trata
de un pequeño pino del que cuelgan viandas y objetos de todas clases que los
sargentos en los días previos han ido recogiendo por las casas de los vecinos
de Almorox, que lo ofrecen. Todo lo recaudado irá para las Ánimas Benditas.
El Lunes por la tarde
tiene lugar la celebración de la misa, y posteriormente la Sargentería se dirige a la plaza para bailar la bandera de Ánimas, que se compone de tres franjas
horizontales: dos de color morado y una de color amarillo. En el centro las
iniciales A B: Ánimas Benditas. Es tradición en estos días que tras bailar la
bandera los sargentos inviten al pueblo al tradicional refresco compuesto por
limonada, tostones y bizcochos.
El Martes de Carnaval es el día más representativo de la fiesta, y el
de mayor importancia para cualquier almorojano. Antes de la misa, la Sargentería vieja se reúne en casa del capitán, de donde salen acompañados del
tambor en busca de la Sargentería nueva.
Una vez que éstos se han unido a la comitiva, van en busca de las autoridades
civiles y religiosas. De camino a la iglesia han de pasar por la plaza y
cumplir con un peculiar rito: dar las tres vueltas al bello rollo jurisdiccional
o “picota”. Una vez han llegado a la puerta de la iglesia, los sargentos alzan
y entrecruzan sus alabardas formando un pasillo por el que desfilará toda la
comitiva para entrar al templo. Durante la misa, unos cuantos sargentos con sus
alabardas hacen escolta en los laterales de la iglesia. En el momento del
ofertorio tiene lugar lo que se conoce con el nombre de “colecta”: primero la Sargentería y después el pueblo, avanzan por
el pasillo central hasta depositar el donativo en una bandeja colocada al efecto
a los pies del altar mayor, mientras se escucha el continuo redoble del tambor.
En el momento de la Consagración, el abanderado se postra con la bandera en el
suelo en señal de respeto. Finalizada la misa tiene lugar la procesión con la
imagen del Santo Sepulcro, haciendo quizá referencia a ese fin de la Soldadesca
de dar digno enterramiento a los difuntos desamparados. Seguramente en sus inicios,
la Sargentería procesionara un cuadro de Ánimas como ocurre en otros puntos de
la provincia. La procesión baja hasta la plaza donde rodea la picota para
volver de nuevo a la iglesia. Tras los actos religiosos, los sargentos vuelven
a formar el vistoso pasillo de alabardas para marcharse a la plaza donde tiene
lugar otro de los actos más emotivos e importantes para los sargentos: el baile
de la bandera. En este momento hombres y mujeres demuestran su habilidad y
destreza ejecutando diferentes movimientos con la bandera ante la ovación y el
aplauso de sus vecinos. Antes de comenzar a bailar la bandera y al final, se hace una reverencia al abanderado que porta la bandera nacional. Ya por la tarde la fiesta llega a su fin con el acto de
mayor emotividad: el traspaso de la
Sargentería de los sargentos viejos a los nuevos. Este acto tiene lugar en
la iglesia parroquial, donde los sargentos juran ante la biblia y un crucifijo,
y se comprometen a cumplir los fines de la Hermandad. Se produce el intercambio
de cargos y de preseas, y de nuevo vuelven a la plaza para finalizar la fiesta
con el tradicional baile de la bandera.
Almorox ha sabido
transmitir el cariño por esta bonita tradición de generación en generación. La Sargentería
tiene un peso muy importante en la localidad, y los almorojanos contribuyen
cada año a su supervivencia, manteniendo así una fiesta sin la que Almorox
perdería una buena parte de su historia.
La Sargentería se dirige a la iglesia |
El abanderado arrodillado en el momento de la Consagración |
Imagen del Santo Sepulcro |
Los Sargentos forman un pasillo con sus alabardas |
El tradicional baile de la bandera |
Los sargentos bailan con gran destreza la bandera de Ánimas |
El Baile de la Bandera |
Fuentes consultadas: www.almorox.es / VV.AA
(Asociación Comarcal Castillos del Medio Tajo), Cultura y Tradición, síntesis
del inventario. I. Gráficas
Rafael S.L. Torrijos (Toledo), 2006.
*Todos los textos, así como las imágenes y los archivos de vídeo son propiedad del autor.
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