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lunes, 22 de enero de 2024

LOS "HERMANOS DE SAN SEBASTIÁN" DE COBEJA

El pueblo toledano de Cobeja, situado en la Comarca de La Sagra, celebra cada año la festividad de San Sebastián de un modo muy particular. Los protagonistas son los “Hermanos de San Sebastián”, que son los matrimonios que se han casado dos años antes y se encargan de organizar y costear de la fiesta. También pueden acceder a este cargo los matrimonios que, recién llegados a vivir al pueblo, así lo deseen, siendo una bonita forma de integrarse en la comunidad. Hay matrimonios que por promesa también se convierten en Hermanos de San Sebastián. Se puede, en este caso, repetir las veces que se deseen. Me contaban que antiguamente era muy habitual que los matrimonios ofrecieran por promesa ser Hermanos por el sacrificio que suponía pagar la fiesta, teniendo en cuenta las habituales dificultades económicas que tenían las familias. Destaca el Hermano Mayor, que es el que primero se casó en su año, y que encabeza la procesión de San Sebastián portando un vistoso ramo de olivo que se adorna de la misma manera que el que lleva el Santo.

La celebración comienza pasado el día de los Reyes. Durante esas semanas hasta el día de la fiesta, los Hermanos de San Sebastián se reúnen todas las noches y recorren las calles de Cobeja lanzando cohetes para anunciar la cercanía de la festividad. Cada noche cenan juntos, bien en las casas con lo que cada matrimonio aporta, o bien en los bares del pueblo. Me contaban que antiguamente todas las celebraciones tenían lugar en casa del Hermano Mayor, siendo ahora el ayuntamiento el que facilita el espacio donde tendrá lugar el refresco después de la procesión. También era costumbre que los Hermanos cazasen palomas en la torre de la iglesia para después guisarlas y comerlas juntos. Además, en este día, tenía lugar un importante rito de paso, pues era cuando se tallaba a los quintos, que también tenían su protagonismo y hacían de las suyas. Me contaban que aprovechaban cuando salían las mozas a la compra para confiscarlas el pan o lo que llevasen, y que entonaban coplillas en tono picaresco.

El día de la fiesta se celebra la misa y posteriormente se procesiona la imagen de San Sebastián por las calles de Cobeja. Lo más vistoso es el enorme ramo de olivo que lleva el santo, y que se engalana con mandarinas, caramelos, rosquillas y los lazos que ofrecen los Hermanos, que suelen ir bordados con sus nombres y otros detalles. Después de la procesión, los cobejanos se afanan en conseguir esos dulces que lleva el santo, y que, como en otros lugares, son tomados como símbolo de protección.

Tras los actos religiosos tiene lugar el refresco en el que los Hermanos invitan al pueblo. Antiguamente los Hermanos de San Sebastián comían chocolate con bizcochos a puerta cerrada, y posteriormente se invitaba a todo el pueblo a limonada y tostones. Ya por la noche, costean un baile al que están invitados todos los vecinos y visitantes, poniendo así el broche a esta entrañable fiesta que se mantiene viva gracias al esfuerzo que cada año realizan estos matrimonios.

Agradezco de corazón la información que sobre esta fiesta me aportaron María Jesús y Pilar para poder dar forma a este artículo, así como el agradable rato que pudimos compartir en Cobeja en la mañana de San Sebastián.

*Todos los textos, así como las imágenes, son propiedad del autor de este blog.









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