Desde hace varios
siglos la localidad toledana de Santa Cruz del Retamar venera a la Virgen de la
Paz y celebra sus fiestas cada mes de enero. La fiesta grande de la Virgen
tiene lugar el día 24, pero hay otras dos fechas en las que también se la
festeja de modo particular.
La otra fiesta de la
que hablaba al inicio y en torno a la cual gira este artículo, es la de la
Candelaria con la tradicional “Procesión
de los Angelitos”. Se celebra el domingo más cercano al 2 de febrero,
fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo, popularmente conocida
como “La Candelaria”. La peculiaridad de esta celebración reside en la
presencia de gran cantidad de niños pequeños que acompañan a la Patrona
vestidos de angelitos durante la procesión. La Virgen lleva entre sus manos al
Niño Jesús ataviado con el tradicional “traje de cristianar”, en recuerdo de la
primera salida de la Virgen con su Hijo 40 días después de su Nacimiento. Abre
la procesión un cortejo de niños que llevan a hombros unas andas que
transportan la tradicional rosca realizada en mazapán y con forma de anguila.
También sobre las andas se cuelgan roscas de pan y naranjas, y se adornan con
banderas de papel a semejanza de la que lleva la Virgen de la Paz en su mano.
Después de la rosca desfilan decenas de niños y niñas, algunos de ellos con muy
pocos meses, que van escoltando a la Virgen en brazos o de la mano de sus
padres, vestidos de angelitos. Todos visten túnicas blancas con bordados,
motivos dorados y pasamanerías, portan alas de ángel y coronas o diademas. En
sus manos llevan cestitas con flores y frutos como ofrenda a la Virgen. Cierra
el cortejo la imagen de la Patrona. La procesión se celebra antes de la misa y
da la vuelta a la iglesia, recordando ese viaje que la Virgen hizo hasta el
Templo para presentar a su Hijo. Este hecho se recoge en algunas coplas de
Navidad de la comarca como la que incluyo a continuación:
El
día 1 lo bautizan
Y
el día de la Candelaria
Sale
con su Madre a Misa
Tras la procesión, los
padres con sus pequeños angelitos se colocan en la parte delantera de la iglesia
para dar comienzo a la misa. A la salida de la celebración tiene lugar la
tradicional rifa de la rosca en la plaza del pueblo, y se hace entrega de una
rosca dulce más pequeña, una naranja y una bandera a cada niño que ha
participado en la procesión vestido de angelito. Así se da fin a esta
entrañable tradición que el pueblo de Santa Cruz del Retamar revive cada año como se ha
venido haciendo desde antaño.
*Todos los textos, así como las fotografías y archivos de vídeo son propiedad del autor.
Los pequeños angelitos cumplen con la tradición |
Decenas de niños acompañan a a la Virgen |
Los angelitos portan cestas con flores y frutos |
Tradición que pasa de padres a hijos |
La rosca de la Virgen |
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