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jueves, 12 de diciembre de 2013

LOS RITUALES DEL FUEGO (II): LA ROMERÍA DE SANTA LUCÍA DE FUENTE EL FRESNO Y LA TRADICIÓN DE “AHUMARSE LOS OJOS”


Santa Lucía bendita
La de los ojos hermosos
Si la envidia fuera tiña
Cuantos hubiera tiñosos

Así cantan los hijos de Fuente el Fresno en la provincia de Ciudad Real a Santa Lucía con motivo de sus fiestas que celebran cada 12 y 13 de diciembre. Y es que este pueblo manchego profesa especial devoción a la Santa que es abogada de la vista, aspecto que está estrechamente unido a varios de los ritos que tienen lugar con motivo de esta celebración.

Las fiestas y romería de Santa Lucía en Fuente el Fresno también son conocidas con el nombre de “Los Tomillos” por ser esta planta aromática la protagonista de las hogueras que en esos días se encienden. Manda la tradición que cada 12 de diciembre hay que salir al campo a recoger el tomillo que por la noche arderá en las hogueras. Estas arden en la noche del 12, la víspera, y en la noche del día 13, festividad de Santa Lucía, siendo más habituales estas últimas. Aunque los fuenteros echan las luminarias en las puertas de sus casas, cada año hay dos hogueras oficiales que se encargan de encender los dos tomilleros o mayordomos. Éstos son una parte fundamental de la fiesta, son fuenteros que en cumplimiento de una promesa hecha a la Santa se apuntan en las listas para poder llegar a ostentar este cargo. La del tomillero es una figura que surge en los años 80 del siglo pasado a imitación de los mayordomos de Santa Quiteria, Patrona de Fuente el Fresno. Ya en los 90, debido a la larga lista de espera se acuerda que sean dos tomilleros en lugar de uno. Uno enciende la hoguera el 12 y otro el 13 por la noche después de la romería, y en ambas reparten la tradicional limoná y pastas, amenizado con música.

La peculiaridad de estas hogueras de Fuente el Fresno es que, al igual que en otros puntos que he podido localizar en nuestra Región, se lleva a cabo un rito relacionado con el fuego, más en concreto con el humo que desprenden las hogueras. Manda la tradición que hay que “ahumarse los ojos” en ellas para así prevenir enfermedades de la vista por la intercesión de Santa Lucía. De esta manera los fuenteros cumplen con esta costumbre de pasar por la hoguera y dejar que el humo penetre en los ojos. Llama la atención el carácter “renovable” de este rito, a la vez extensible para otros muchos que tienen lugar en nuestros pueblos, pues se dice que cumpliendo con esta costumbre la vista queda protegida durante el año próximo, lo cual quiere decir que al año siguiente habrá que volver a ahumarse los ojos para prolongar esa gracia. También en relación a esa protección de la vista, en Fuente el Fresno con motivo de esta festividad se elaboran los “panecillos de Santa Lucía” que el párroco bendice, y que son tomados como algo sagrado que igualmente guardará al que los posee de cualquier mal relacionado con la vista. Estos panecillos llevan además una marca en forma de ojos, lo que les confiere ese carácter protector. Me cuenta mi informante que antiguamente los elaboraban las modistas del pueblo por ser Santa Lucía la patrona de este gremio; en la actualidad los elaboran los tomilleros.
Otro aspecto curioso de esta tradición es la existencia de dos imágenes de Santa Lucía: la “nueva” y la “vieja”. Ésta última es la que se encuentra todo el año en la ermita del cerro, y la que se baja a la parroquia para rezar el novenario. El día 13 tiene lugar la Función, y acto seguido la imagen es subida en procesión al cerro de la ermita donde tendrá lugar la romería. Las mujeres por norma general son las encargadas de subir a la Santa. Allí tiene lugar la comida donde los fuenteros degustan productos típicos de la matanza así como las tradicionales gachas de pitos. Llegada la tarde, la imagen retorna al pueblo, esta vez a hombros de los jóvenes y al son de alegres canciones.

Los cantos son otro punto importante de la fiesta. Lo típico es que se canten en las hogueras al son de la zambomba por la proximidad de las Pascuas, cosa que en los últimos años según me comentan se está perdiendo. En la actualidad las coplillas se cantan en la comida en el cerro y en la procesión de bajada en las paradas que se hacen. Reproduzco algunas de ellas de carácter religioso y profano:

El ocho la Concepción
Y el trece Santa Lucía
Y el vinticinco del mes
Parió la Virgen María

Eché un limón a rodar
Y en tu puerta se paró
Y hasta los limones saben
Que nos queremos los dos

Madre yo me muero moza
Sin catar el chocolate
Hágame usted una cazuela
Siquiera pa que lo cate

Agradezco a mi amigo e informante José Luís Vera, fuentero que sabe cuidar y transmitir las tradiciones de su pueblo, por todos los datos que me ha aportado así como por las fotos que se adjuntan a esta entrada.
 
*Todos los textos, así como las imágenes y archivos de vídeo son propiedad del autor.




 

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