Bienvenidos a OBJETIVO TRADICIÓN, un proyecto que se basa en el estudio y la divulgación del rico patrimonio cultural inmaterial que posee España. Te invitamos a conocerlo a través de los ritos, costumbres, fiestas, tradiciones, folklore... que traemos hasta este espacio. ¡Gracias por tu visita!

sábado, 19 de septiembre de 2015

LOS DANZANTES DEL SANTO NIÑO DE MAJAELRAYO


Cada primer fin de semana de septiembre, los ecos del redoble del tambor retumban a los pies del Pico Ocejón, anunciando que un año más, según tradición secular, los danzantes de Majaelrayo interpretan sus ancestrales danzas en honor al Santo Niño.

Majaelrayo, pueblo de singular belleza de la provincia de Guadalajara, atesora en el baúl de sus tradiciones una manifestación festiva única que cada año atrae la atención del vecino y del visitante. Son las danzas en honor al Dulce Nombre de Jesús –el Santo Niño-, que ejecutan ocho danzantes acompañados por dos botargas. Antaño esta fiesta se celebraba en el mes de enero, fecha propia de celebraciones en honor al Niño Jesús por su cercanía con el Día del Niño y la Epifanía. Pero los vecinos de Majaelrayo, en su mayoría pastores trashumantes, se vieron obligados a trasladar la fecha al primer fin de semana de septiembre para dar lugar a unas fiestas de mayor concurrencia y con buena climatología, y a las que pudieran acudir quienes un día tuvieron que marcharse a la ciudad u otros núcleos mayores.

Los auténticos protagonistas de esta fiesta son los ocho danzantes, miembros de la Cofradía del Dulce Nombre, y los dos botargas. Se trata de una tradición que va pasando de padres a hijos y que a pesar de los nuevos tiempos se mantiene intacta. Se trata de unas danzas que pierden su origen en la noche de los tiempos. Vemos que se repite el mismo esquema que en otras danzas rituales, en las que el principal cometido es la llamada a la fertilidad de la tierra y al despertar de la naturaleza –recordemos que estas danzas se celebraban en enero cuando la primavera ya se encontraba próxima-. También podríamos estar ante unas danzas de carácter pastoril por el entorno en el que se ejecutan, o incluso de carácter guerrero – la danza de las espadas representa una auténtica lucha, así como los movimientos de carácter marcial de otras de las danzas-. Cuatro danzantes son denominados “guías” y los otros cuatro “guardas”, y son dirigidos por el tamborilero que interpreta las diferentes marchas de las danzas con los redobles del tambor, al que antiguamente también acompañaba la gaita o dulzaina. La vestimenta de los danzantes es curiosa a la vez que similar a la que usan otros danzantes de la provincia de Guadalajara e incluso de otros puntos del país. Los danzantes de Majaelrayo visten calzón largo, enagua y camisa blancas, y zapatillas blancas de esparto con cordones negros. Esas prendas van decoradas con cintas y lazos de color rojo y verde. Sobre el pecho llevan cruzadas dos bandas, a izquierda y a derecha, de color verde y rojo respectivamente. Por debajo de los hombros y sobre el pecho, llevan cosidas dos flores de tela en la camisa. A la cintura se anudan un mantón ricamente decorado, dejando colgar el pico y los flecos del mismo por delante. Completa el atuendo el característico y vistoso gorro en forma de mitra, decorado con multitud de flores de tela de colores, y que se asemeja al que usan los danzantes del cercano pueblo de Valverde de los Arroyos. Sobre la espalda llevan sujeta una cinta colocada de forma horizontal de la que penden decenas de cintas de llamativos colores. Llevan palos o castañuelas según la danza que corresponda ejecutar. El tamborilero va vestido de calle y sobre su pecho cruza una banda de color rojo.

También son protagonistas los botargas, que en este caso son dos: el del año en curso y el del próximo año. Dato curioso este puesto que normalmente suele ser un botarga el que esté presente en la celebración, como ocurre en otros puntos de Guadalajara. El traje del botarga del año en curso se compone de pantalón y chaqueta con capucha que alternan los colores verde y rojo de manera contrapuesta. Sobre los hombros lleva una especie de hombreras con vuelo de color azul y amarillo, de las que cuelgan pequeños cascabeles. A la cintura lleva un cinto del que penden por la parte trasera dos campanillas que advierten de su presencia. Del mismo cinto cuelga un cuerno hueco en el que introduce las típicas gachas con las que mancha la cara a la chiquillería y a todo aquel que se distrae durante la misa. En la mano porta una porra con la que pone orden y amenaza a los que se burlan de él. El botarga del año siguiente viste un traje de similares características, que se diferencia del otro en el tipo de tela y los colores que la componen, siendo en este caso rayas de colores amarillos, marrones, anaranjados y ocres. Lleva un pequeño bolsillo cosido en la camisa en la parte izquierda del pecho. También se diferencia en que éste se asemeja a los trajes de los bufones medievales, compuesto por gran cantidad de picos en las mangas y la parte baja de los pantalones y la chaqueta, de los que cuelgan varios cascabeles. Porta también las campanillas, la porra y el cuerno.

La fiesta comienza con la recogida de los danzantes y las autoridades a los que acompañan los dos botargas y la música de las dulzainas. Una vez en la iglesia se colocan en el altar mayor, a un lado los cuatro danzantes “guías” y al otro los cuatro “guardas”. Durante toda la misa los dos botargas recorren la iglesia vigilando que nadie se quede dormido ni se distraiga, y manteniendo el orden impidiendo que en la puerta de la iglesia se forme alboroto. Al inicio de la misa, la rondalla de Majaelrayo dedica unas jotas al Santo Niño. En el ofertorio los dos botargas piden limosna con un cestillo para las Ánimas Benditas del Purgatorio. Acabada la celebración, en la puerta de la iglesia, los botargas “cantan” la puja por el estandarte del Santo Niño y el pendón, teniendo el privilegio de portarlos quienes ofrezcan la cantidad más alta de dinero.

Cuatro danzantes encabezan la procesión portando la cruz y los ciriales, y los otros cuatro portan las andas sobre las que procesiona el Santo Niño. Delante de la imagen se sitúa el “piostre”, que también tiene un papel muy destacado en la fiesta, pues es el que a modo de mayordomo organiza y prepara las fiestas, y las preside como una autoridad mas en el pueblo. Al llegar la procesión a la plaza se detiene y los danzantes interpretan ante el Santo Niño una de las danzas. Al llegar de nuevo a la iglesia, en la puerta, los danzantes dirigen las pujas por los brazos y las cintas de las andas para introducirlas dentro del templo. Una vez que se ha dejado la imagen del Niño en la iglesia, de nuevo en la puerta, los botargas dirigen la puja por las rosquillas y otros dulces típicos de Majaelrayo.

Los danzantes y las autoridades se dirigen a la plaza donde tiene lugar la muestra de todas las danzas. Como veíamos anteriormente, hay varias que se ejecutan con castañuelas y otras con palos. Las más llamativas y curiosas son las de las espadas, la de las fajas y la de las cintas. La de las espadas denota cierto carácter guerrero y se ejecuta con palos a modo de espadas y pequeños escudos metálicos que suenan al entrechocarlos unos danzantes con otros. La danza de las fajas se realiza con fajas de tela negra y se compone de complicados movimientos y vueltas que confieren a la danza gran vistosidad gracias a la destreza de los danzantes. La de las cintas se ejecuta con un palo del que cuelgan varias cintas de colores –una por cada danzante-, que van trenzando a medida que danzan. El palo lo sujetan los dos botargas y los danzantes de manera magistral lo trenzan y destrenzan.


En la última de las danzas, al finalizar, los danzantes hacen una reverencia en señal de respeto mirando a las autoridades que presencian las danzas. El domingo se volverá a repetir el ritual de la misma manera que el sábado, manteniendo así una tradición que Majaelrayo toma como su máxima seña de identidad.

Las cintas aportan gran vistosidad al atuendo de los danzantes

Palos para la danza

El cuerno con las gachas que portan los botargas

Danzantes a la puerta de la iglesia

Majaelrayo: Santo Niño y Danzantes

Danzas en la plaza

La destreza de los danzantes

Danza de las Fajas

Danza de las cintas

Tradición que no muere

Fuente consultada: Programa "Desde Antaño hasta Hogaño", dirigido por el etnógrafo Pedro Vacas.

*Todos los textos, así como las imágenes y los archivos de vídeo son propiedad del autor.